El demiurgo y el señor Mayor: ¿cómo sería el mundo si el creacionismo fuera cierto?
Han causado revuelo las palabras de Jaime Mayor Oreja asegurando que, "según los científicos franceses, la verdad de la creación está ganado al relato de la evolución"
"El mundo -escribe David Hume- es tal vez el bosquejo rudimentario de algún dios infantil, que lo abandonó a medio hacer, avergonzado de su ejecución deficiente; es obra de un dios subalterno, de quien los dioses superiores se burlan; es la confusa producción de una divinidad decrépita y jubilada, que ya ha muerto".
Han causado revuelo las palabras de don Jaime Mayor Oreja en el Congreso asegurando que, "según los científicos franceses, la verdad de la creación está ganado al relato de la evolución": se refiere seguramente el señor Mayor al bestseller cómico de dos pillos gabachos que recientemente defendían que la ciencia actual "demuestra" la existencia de Dios.
No vamos a discutir algo así. Las cosas están como están, qué se le va a hacer. Recuerdo que ya en los 80, en mi cole de curas, los dominicos nos contaban que Darwin tenía razón y que el hombre había evolucionado del mono. Solo después, añadían tímidamente, había aparecido Dios en escena con el fin de insuflarnos la luz de la inteligencia y desaparecer inmediatamente para no volver. Pero los tiempos involucionan que es una barbaridad.
Lo cierto es que si existe un Creador, lo ha hecho, ejem, regular. Los seres humanos arrastramos innumerables fallos de diseño, desde edificar en el mismo emplazamiento de nuestro cuerpo una alcantarilla y un parque de atracciones hasta ese estrechísimo canal de parto responsable de la muerte de millones de inocentes. Por no hablar de las puñeteras hernias discales. Ay.
Lo cierto es que, si existe un Creador, lo ha hecho, ejem, regular:
los seres humanos arrastramos innumerables fallos de diseño
Pero, ¿cómo sería el mundo si fuera de verdad obra de un creador? Pues resulta que hay un cuento maravilloso de Ted Chiang en su libro 'Exhalación' que fantasea con algo así. Se titula 'Ónfalo' y en esa Tierra diseñada, los restos humanos encontrados más antiguos carecen de ombligo, por supuesto, y los anillos de árboles y moluscos fósiles acaban en un tajo concreto, el momento de la creación.
El sol gira alrededor de la Tierra, claro... hasta que una científica afina los cálculos y descubre, aterrada, que el sol, y todos los astros, giran en realidad alrededor de otro planeta de un sistema cercano, el auténtico "planeta elegido"
El ser humano, lamentablemente, solo fue un borrador, un ensayo abandonado que no salió bien.
Al señor Mayor le podrías quitar la mayúscula. Sería más correcto. :)
Chiang también tiene un texto precioso, «La torre de Babilonia» (en el libro «La historia de tu vida»), en el que también juega con la mitificación del relato bíblico en clave imaginativa. Ahí puede que haya dios, quién sabe, pero lo que hay son humanos.